EN MEDIO DE UN DESIERTO

Les comparto este cuento poético, espero les guste. He experimentado mucho en este cuento, tenía rato sin escribir en primera persona y sin escribir poesía. Quise experimentar un cuento con poesía y salió esto.

EN MEDIO DE UN DESIERTO

Después de vagar miles de kilómetros a través del mundo, me encontraba en medio de un desierto. Era de noche. Había una luna llena que iluminaba las formas desarticuladas de cientos o miles de yucas desperdigadas. Parecía estar en la misma luna rodeado por seres de otros mundos, ajenos a toda familiaridad humana. Caminaba entre sombras mudas de los cactus ahí erguidos. Ellos parecían murmurar todo tipo de cosas y sabían de mi presencia. Pequeñas ráfagas de viento que portaban susurros de mi nombre me cubrían y me erizaban la piel.
Por la madrugada comencé a buscar debajo de las piedras. Buscaba y buscaba, no sabía precisamente en qué forma lo encontraría esta vez, pero sabía que era algo muy importante y que lo necesitaba, algo indispensable para mi subsistencia. Sabía que varias veces lo había encontrado y me llenaba de vida. Empecé también a escarbar hoyos profundos por todas partes pero no hallaba nada.
La noche volvió a llegar, de nuevo aquellas ráfagas de viento que erizaban mi piel, murmullos de una flora y fauna salvaje, sombras por doquier. Tenía que encontrarlo lo antes posible, antes de que fuera muy tarde. Continué buscando bajo piedras, escarbando profundos hoyos. Era cuestión de paciencia. Cuestión de saber que siempre estaba disponible. Sabía que lo encontraría, pero también dudaba.
Por la mañana, exhausto de tanto buscar y escarbar, encontré un pequeño árbol bajo el cual me tendí para descansar. Estaba tan cansado que los sonidos y murmullos de aquel desolado desierto de pronto parecieron esfumarse. Me sumergí en los recorridos de mis viajes del pasado. Sonidos, colores, olores, sabores, sueños, risas, ilusiones, amores, sueños, anhelos, pasiones, deleites, tristezas, lecciones, fracasos, éxitos, …luego, una música quizás viniera de alguno de mis trayectos pasados invadió mi ser y me hundí en ella como parte de un todo.
Cuando desperté la noche preparaba sus atuendos, unas horas después la luna como un enorme trozo de hielo era la dueña de la noche. Seguí con mi búsqueda. Empecé con otro hoyo, hasta el fondo, escarbé y escarbé y les puedo decir que fue maravilloso, lo había encontrado, después de tanto esfuerzo, desesperación e incertidumbre. Ahora venía en forma de agua.  Esa noche bebí de esa agua hasta embriagarme, agua con un sabor como ninguna otra en el mundo, créanme,  fui feliz  por un gran instante. Llené varios frascos como reservas y volví a mi camino, que no sabía si era largo o pequeño, pero sí con un destino específico en un lugar y una fecha desconocida. Continué, confiando en que siempre encontraría aquello que me llenaría de vida para seguir en mí errar.





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