Siempre he pensando que la buena educación puede cambiar para bien el mundo.

Me pueden llamar idealista, soñador, iluso e ingenuo diciéndome que el mundo jamás va a cambiar, pero creo que una actitud fatalista o de hacer como si nada malo pasa en nuestro entorno, de tomar una postura de inactividad social, de no generar una oposición ante lo que terriblemente nos afecta es convertirnos en parte del problema. Recuerdo haber leído en un libro hecho por un indignado sobre la existencia de varias fuerzas en nuestro entorno, por ejemplo: la moda. De algún modo se considera una fuerza porque si no estas a la moda varios grupos sociales no te aceptaran. Otras fuerzas muy claras, son las fuerzas militares que al ganar una guerra imponen sus reglas. Las fuerzas policíacas que imponen "orden" en una sociedad, claro en México muchas veces no es el caso, pero aún así son una fuerza aunque estén corruptas. Sí, la corrupción también se convierte en una fuerza y cada uno de nosotros podemos ser parte directa o indirectamente. La fuerza de las costumbres y tradiciones de una sociedad, una más que seguido se impone aún cuando gran cantidad de ellas sean absurdas, denigrantes, discriminatorias, etc. Muchas fuerzas se van formando y coexisten. El problema desde mi punto de vista es cuando se convierten en inhumanas y que nos afectan de manera atroz. Recuerdo que el libro comentaba que el sólo hecho de hacer oposición a otra fuerza se creaba una nueva fuerza, una fuerza de resistencia. Es necesario hacer múltiples fuerzas de resistencia ante esas fuerzas irracionales e inhumanas, pero surge la pregunta ¿Cómo saber cuales son esas fuerzas negativas que hoy no tan fácilmente se distinguen? Es ahí para mi donde la educación juega su gran papel, que es formarnos de manera crítica y reflexiva para ayudarnos a la localización y convertirnos en grandes resistencias. Debemos de luchar por el derecho a la educación y auto-educarnos continuamente. Es lo que creo desde lo más profundo de mis entrañas.

Estos carteles les tome una foto en el museo Raúl Anguiano de Guadalajara formaban parte de la exposición "Cartel Internacional El derecho a la educación, 40 diferentes artistas del mundo que reflejan su visión sobre la educación de manera ilustrativa" no teníamos planeado asistir, pero por azares del destino llegamos y fue como encontrar un oasis en medio del desierto. Desgraciadamente no pude tomar fotos a todos los carteles pues se me acabo la batería, pero aquí están algunos. La exposición decía que los carteles son una buena forma de trasmitir un mensaje hasta para los iletrados. 






Algo de la información que leí en la exposición:

Cada niños del mundo tiene el derecho a una enseñanza elemental y fundamental (como mínimo) según la Declaración Universal de Derechos Humanos.


El segundo objetivo de los Objetivos del Milenio para el Desarrollo, declaración adoptada por todos los miembros de la ONU, se refiere a lograr la enseñanza primaria universal, ambicionando que, para 2015 "todos los niños y niñas del mundo sean capaces de completar un ciclo completo de educación primaria"


Sin embargo, actualmente, 121 millones de niños (una estimación a la baja) no van a la escuela primaria. Esta cifra representa el 2% de la población mundial, lo que supone el número de habitantes de un país como México. Visto desde cualquier óptica, la cifra es colosal. Un niño puede ser privado de educación porque está en la obligación de trabajar para contribuir a los ingresos de su familia, por ser minusválido, porque está inmerso en la "mala religión", porque es del "sexo débil" porque nació en el "país no indicado"...


Si bien se trata de un problema urgente en los países en vías de desarrollo, es un asunto que nos afecta a todos. El analfabetismo también es un problema en los países occidentales.


En Francia es analfabetismo se ha convertido en una "causa nacional" (con 3,1 millones de personas incapaces de leer, de escribir o de calcular), la tasa de analfabetismo en Reino Unido llega a niveles "inaceptablemente" elevados, mientras que, según la evaluación nacional de la alfabetización de adultos (NAAL) en Estados Unidos, 42 millones de ciudadanos americanos no pueden leer y las estimaciones actuales muestran que el número de adultos analfabetos funcionales aumenta alrededor de 2 500 000 personas al año.


Se trata de un problema que sin intervención, continuará empeorando. No es solamente una cuestión de escolarización de niños, se trata de que toda persona -independientemente de su sexo, religión o discapacidad- tenga la oportunidad de acceder a una vida mejor para si misma y para sus hijos. Una educación da a cada uno la oportunidad de romper el ciclo de la pobreza, permite luchar contra la discriminación y da cabida a la esperanza. Privar a los niños de educación es quitarles demasiadas oportunidades.


La educación es la base sobre la que una sociedad puede crecer y expandirse. La cuestión no es merecer una educación, sino tener el derecho a la educación.


La educación es un derecho, nuestro derecho, el derecho de todos.


Cuando exista un acceso universal a la educación, nuestro mundo será más justo. 




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